Metal Gear

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Metal Gear

Año: 
1988
Género: 
Acción
Desarrolladora: 
Konami
Compañía: 
Ultra Games
Diseño: 
Hideo Kojima, Masahiro Ueno
Música: 
Kazuki Muraoka
Texto: 
Inglés

Con el motivo del lanzamiento de Metal Gear Solid 3, snake eater, resulta más que conveniente echar la vista atrás para descubrir uno de los mejores juegos de la NES, aunque por supuesto habrá quien discrepe, y mucho. Pero antes de entrar en  el tema del polémico resultado de la conversión de este título, observemos que es lo que nos ofrece.

 

Misión Intruso N313


Un grupo armado se ha hecho fuerte en una instalación militar en lo más profundo de África: Outer Heaven, una fortaleza de máxima seguridad totalmente inexpugnable.¿Totalmente?

Big Boss (anteriormente conocido como Naked Snake) es un veterano de guerra al cargo de la agencia Fox Hound, un cuerpo de élite del ejército de los Estados Unidos especializado en las actividades antiterroristas. Es informado de la situación y decide enviar a su mejor hombre, Gray Fox (Frank Jaeger), con la misión de infiltrase y conseguir información. Sin embargo, fue capturado por el enemigo justo cuando intentaba enviar un mensaje; “Metal Gear...!”

Big Boss, conocedor de la naturaleza de la amenaza (a causa de la información recibida de manos del científico Alexander Leonovich Gravin durante la guerra fría), relaciona en seguida estos hechos con la desaparición del diseñador armamentístico Petrovich Mavnar y su hija. Petrovich era responsable de varios proyectos negros del Pentágono, junto con Emerich, miembro del proyecto Manhattan. Algo muy gordo se está cociendo en Outer Heaven...

Sin embargo y contra todo pronóstico, Big Boss decide enviar a un novato, nombre en clave Solid Snake, para cumplir una misión poco menos que imposible.

“infiltrate
en la fortaleza enemiga
Outer Heaven.
Destruye
el arma definitiva,
¡Metal Gear!”

 
Y así, Snake intenta romper las defensas de la fortaleza, preguntándose porqué se la ha escogido a él entre tantos hombre experimentados, y desconociendo en que consiste exactamente ese tal Metal Gear...
(fuentes: guía oficial de Metal Gear Solid 3; The Snake Soup; Metal Gear Solid).

Snake en plena faena, intentando esquivar las cámaras de seguridad

Esta era la compleja premisa de un argumento que, según dicen, el manual de la versión NES echaba por tierra, ya que ahí se nos contaba que un coronel, con el impronunciable nombre de Vermon CaTaffy, tenia un cacho tanque de nombre “revestido de metal” (cosas de las traducciones literales), por lo que se manda a “serpiente sólido” y...

En realidad, puesto que muchos adquirimos el juego en el mercado de segunda mano, y por lo tanto no tuvimos el gusto de disfrutar del manual de instrucciones, fuimos afortunados de no tener que tragar semejante tontería, por lo que ese componente de “¿pero y a mí porqué me mandan esto si soy un pringa’o?” permanecía intacto, por lo que el impacto del giro argumental era igualmente grande.

 
“Me sorprende que hayas llegado tan lejos, David...”


Durante la misión Snake recibe las órdenes de Big Boss, así como la asistencia de varios miembros de la resistencia, Kyle Sneider, uno de ellos, intenta avisar a Snake por radio de que hay un infiltrado, pero es asesinado (al menos aparentemente) justo antes de revelar a Snake su nombre.

Sorprendentemente, resulta que su superior, Big Boss, ha estado jugando el papel de agente doble, comandando no sólo la unidad Fox Hound, sino además controlando Outer Heaven (más adelante, en Metal Gear Solid 2, descubriríamos que el objetivo del ataque de Big Boss era destruir un grupo conocido como los Patriots).

Cara a cara con Big Boss, fijaos en el detalle de que lleva el parche en el ojo derecho.

Lo malo es que la traducción al inglés no sólo conllevó una cantidad garrafal de faltas de ortografía (o sea, que no os recomendamos que empleéis las frases del juego en un exámen de inglés, porque cateáis seguro), sino que se “caparon” muchas frases del guión original; por lo que no llegábamos a saber que Big Boss sabe que el nombre de pila de Snake es David (un detalle que luego sirve para explicar, en posteriores entregas, el hecho de que Big Boss es en realidad el padre de Snake). También nos perdimos las ya míticas de la saga “frases super secretas tras los títulos de crédito”, en las que descubríamos que Big Boss había sobrevivido y prometía más encuentros en el futuro con Snake. Así como tampoco nos enteraríamos (al menos no igual de bien) del rollito chechuarl que se irá fraguando entre Jennifer y Snake. Pero bueno, ya estamos acostumbrados a la papeleta que los usuarios PAL siempre nos tragamos.

 

“Tu misión es infiltrarte, ¡no establezcas contacto con el enemigo!”


Eso era lo que nos ordenaban por la radio, y la verdad es que, dadas las condiciones en las que nos dejan al empezar (sir armas ni equipo de ninguna clase), cualquier encuentro cara a cara con los soldados era un suicidio. Aún a pesar de que, al contrario que el original de MSX, aquí el estado de alerta desaparecía en cuanto pasábamos al siguiente escenario, morir a causa del fuego enemigo es algo más que frecuente, ya que (al menos hasta que subíamos de rango y aumentaba un poco nuestra barra de vida) como los guardias casi siempre están apostados en puntos vitales, del orden de puertas de entrada, camiones con suministros, vamos, muchas veces pecábamos de patosos y dábamos con nuestros huesos en el cementerio.

Y es que era de vital importancia estudiar las rutas de los guardias, ya que en el momento en que nos cruzamos en su campo de visión, hacen saltar la alarma y te cosen a tiros.

Momento “made in Metal Gear”:

1) Nos escondemos y observamos lo que hace el guardia.

 

2) ¡Bien! Le está entrando sueño

 

3) Ahora que está dormido podemos aprovechar para liquidarlo, o para colarnos (fijaos en las zetas sobre su cabeza)

 

4) Pero cuidadín, torpedos, que si se despierta y nos descubre, sale la consabida exclamación y se dispara el estado de alerta.

Claro, que para pasar desapercibidos teníamos que emplear los diferentes objetos que íbamos encontrando en territorio enemigo, y contábamos además con la ayuda de varios compañeros que nos daban consejo por radio. Pulsando Select, accedíamos a un menú desde el cual podíamos entrar en el menú de armas, en el de inventario, y en el Transreceptor (el códec, vaya). Y era de vital importancia saber usar todos y cada uno de los objetos, ya que, al contrario que muchos otros juegos, como el género del rol, aquí no bastaba con haber encontrado equis objeto para poder llegar a equis punto del juego.

Los objetos se usaban en tiempo real, y tenían consecuencias sobre lo que pasaba en el escenario, aparte de poder utilizarlos cuando te viniera en gana. Es por eso que este juego goza de la mayor complejidad en cuanto a jubabilidad de entre todos los juegos de 8 bits(e incluso me atrevería a decir 16 bits), dada la grandísima cantidad de cosas que puedes hacer. Un ejemplo: en Zelda, una vez que tenías una llave podías abrir una puerta, pero (y a esto es a lo que me refiero) no te hacía falta sacar la llave, ni la balsa, ni la escalera...

En Metal Gear los objetos no responden a la definición de “condición A para pasar al sitio B”, debes equipártelos para usarlos. Así, puedes usar los prismáticos para ver dónde están tus enemigos, puedes detectar los sensores infrarrojos con las gafas termales, o con el humo de tus cigarrillos, puedes emplear un detector de minas, alumbrar el camino en zonas oscuras con la linterna, equiparte la máscara anti gas en las zonas de gas venenoso, ponerte un chaleco antibalas para reducir el daño de los impactos...